
Siempre en el camino se aparece el tipo simpático, casi perfecto. Pero siempre recuerdo finalmente que Jane Austen nos abre los ojos ante esta realidad-no realidad, mentira o espejismo. Ocurrió con Willoughby, con Wickham...en fín. Pffff al final se vuelve algo tedioso el hecho de tener que ir descartando algo que para mis ojos parecía tan bueno. Y es ahí donde está el problema: la perfección no existe! Aunque Whickham de la serie realizada por la BBC "Lost in Austen" no me parecía taaan malo. Era medio fresco, canchero y hasta guapo... sin mencionar el acento inglés que me vuelve loca. Pero volvamos a los libros: no confíes en una hombre demasiado simpático...pues algo esconde. Nadie tiene motivo alguno para pararse frente al mundo cayendole bien a todos.
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